lunes, 12 de marzo de 2018

El final de todo

El tiempo pasa cual relojero.
Pronto del árbol habrá de caer.
Murmura solloza plegarias,
Dios no te va a convencer.

La enfermera pronto se apaña,
Es la luz roja que ha de sonar.
Llaman los códices azules de entrañas,
Los doctores solo deberán suturar.

Poco a poco los latidos se paran.
La respiración se dificulta.
El estómago se ensancha.
No sabes lo que pasará.

Es el miedo eterno.
El código azul nos quedará.
La luz que te calma,
No sabes nada de este final.

Olvidas cómo te llamas.
Recuerdas momento de paz.
Los doctores desesperados te llaman,
Las enfermeras no saben por donde pasar.

Cierra los ojos al Ygradsil.
Camina al pozo detrás.
La tierra pronto reclama,
Lo que realmente veniste a engendrar.

No es que pocos hayas valido,
Tampoco es que las vidas marcaras.
Este ha sido tu premio bendito,
Saber que volverás a la nada.

¿Cuál será la razón de un testamento?
¿Cuál es la misión de trabajar?
No nos espera nada en el Averno,
No verás a tu familia llorar.

Una triste noticia los doctores claman,
Ese ha sido tu patético final.
Sigue buscando ese sentido perdido,
Sabes que solo uno te calzará.

Pronto seremos alimento del cielo,
El cual dejará de existir.
Hasta las estrellas se marchitan en la nada.
No este más que nuestro fin...

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