Una densa neblina en un hermoso paraje... Asi era el lugar en donde me encontraba cabalgando camino a mi casa. No se veia nada y la luna tampoco estaba para iluminarme. Iba solo, en la obscuridad de ese lugar en la epoca donde gloriosos caballeros ondeaban sus espadas y bellas damicelas esperaban a ser desposadas.
Era yo un emisario, para nada agraciado... Recien me habian corrido de una fiesta en la que me encontraba, donde en mi esquina miraba todo lo que sucedia mientras ebrios caballeros se aprovechaban de inocentes doncellas y algunas que mas bien parecian damas de la noche con ilustres caballeros. Y yo, sentado en ese frio banco, en lo que se suponia que seria la mejor fiesta de todas.
Recuerdo que Sir Vain me ofrecio sexo barato y facil con una niña bastante hermosa y al rechazar yo su peticion, me trato como alguien anomalo y me pidio que de ahi me retirara, que solo estorbaba en tan distinguido evento. Este es el motivo por el cual me dirijo a mi casa, en un lugar donde puedo morir en el intento, mas no tengo otra salida que completar mi camino.
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