miércoles, 24 de agosto de 2016

Sin sentido

Tres de la mañana, bajo la luna que acompaña como luciérnagas en el balcón. Se veía en el fondo una tintinante llamarada, mas he decidido ignorarla. No es que me genere miedo estar pendiente de esos pequeños detalles en la hora de los muertos vivientes. No, no tiene nada que ver. Puede ser que las luciérnagas de la luna me estén diciendo no deba ir y me genera dudas en el interior.

El viento soplaba, cálido a pesar de la hora... Los fantasmas del pasado merodean por mi mente y trato de comprenderlos. Mas me pierdo en las estrellas de esa galaxia llamada vía de leche. Poco a poco miro como caen del cielo como fugaces bólidos en dirección de la llamarada... Fue ahí cuando entendí que nada era eterno, y que sin importar lo que hiciese, las llamas venían de adentro.

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