Deseo acariciar todo tu cuerpo con ganas,
Reconocer cada una de tus bellezas,
Jugar con todas tus imperfecciones,
Y de esta manera fundirnos en una alma.
Bellos son tus colochos ardientes,
Negros como la noche,
Y jugetones hasta en mi mente.
Tu figura inédita he contemplado,
Mis manos por sobre tus montañas,
Que deliciosamente han reconocido,
Mucho tus bellas puntas han jugueteado.
Con tu plana figura mis besos has impactado,
Te recorrro hasta el alma,
Nuestro aroma hemos completado.
Tus piernas esconden una entrada prohibida.
Lentamente les toco con pericia,
Manipulo tus pensamientos con mis jugueteos;
¡Una guarida he descubierto!
Los trinos emanados son un delicioso manjar,
Aquellos que con mis labios deseo apagar,
Con mis manos acariciar
Y con todo mi cuerpo disfrutar.
Una bella entrada a tu alma he encontrado,
Tu cuerpo fornido y hermoso me ha deleitado.
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